Cuando describimos el elemento físico, podemos referirnos a dos tipos de aspectos diferentes. Por un lado, tenemos toda la parte anatómica y fisiológica que se encarga de los procesos que están regulados por nuestras células a través de señales químicas, nos dan estructura y soporte y permiten que desarrollemos todas nuestras funciones corporales.
Por otro lado tennemos el movimiento corporal y todos los procesos que permiten que este movimiento suceda y evolucione de manera armoniosa.
Anatómico/fisiológico.
La influencia del estado de todos los elementos del aparato locomotor; sistema
esquelético, sistema muscular, las cadenas miofasciales, el control nervioso del
movimiento (hablando de la fisiología de los potenciales de acción, etc.), tanto a
nivel macroscópico (de órganos y tejidos) como a nivel microscópico (celular y
químico).
Involucra todos los procesos para la contracción muscular, desde la histología del
tejido muscular, tejido conjuntivo y tejido nervioso, pasando por los procesos
fisiológicos de la recepción de un estímulo, los procesos reflejos (automáticos) y
voluntarios del procesamiento del estímulo, los potenciales de acción en las células
nerviosas y musculares, la interacción del sistema cardiovascular, circulatorio y
digestivo para la disposición de sustratos energéticos para la contracción, las
influencias del sistema endócrino e inmunológico en la capacidad de respuesta
muscular y propiedades del tejido blando (por ejemplo, cambios en la calidad que
puedan existir derivados de un proceso inflamatorio), hasta la generación de una
contracción visible o palpable a nivel macroscópico.
Motor
Los patrones de postura y movimiento presentes en el individuo, la habilidad
motora alcanzada y el control motor.
Los patrones posturales en muchas ocasiones determinan los patrones motores ya
que la postura es el punto de inicio y el punto de fin de un movimiento. La actitud
postural de inicio, determina la calidad del movimiento, por lo que hay posiciones
corporales que facilitan el movimiento y hay otras que lo complican. Un ejemplo de
esto es la flexión de hombro de 180°, es facilitada por una extensión de la columna
torácica (necesaria para realizar el recorrido completo del arco de movimiento), que
al momento de estar limitada, por ejemplo en una cifosis (postural o estructural),
limita el movimiento escapular y por lo tanto, la flexión de hombro.
Ent
Entonces, el estado general del cuerpo, las estructuras anatómicas bien conformadas, los procesos fisiológicos reguados adecuadamente permiten al cuerpo estar preparado para la producción de movimiento. Este movimiento tiene como base patrones posturales que son característicos de los niños pequeños a diferentes edades. Por ejemplo, al estar acostado boca arriba no se observa la misma posición o postura en un bebé de 2 meses que en un niño de 3 años. Esto va permitiendo el desarrollo de patrones de movimiento, que van evolucionando según la habilidad motora del niño. Volviendo al ejemplo anterior, un bebé de 2 meses, tiene desarrollados patrones motores propios de su edad, en los que se observan movimientos alternados de sus extremidades al estar boca arriba, pero no logra girarse, incorporarse ni manipula objetos voluntariamente, en cambio el niño de 3 años se moverá voluntariamente, puede pasar a la posición que desee, tiene gran destreza al manipular objetos grandes y pequeños, puede que incluso ya haya iniciado con actividades escolarizadas. Y todo esto va en referencia a las habilidades motoras que se van desarrollando, las habilidades más básicas son el sustento de las habilidades más complejas. Conforme se va teniendo mayor experiencia con estas habilidades, se va ganando control motor.
El desarrollo motor es como bloques de construcción que van formando una torre, sin los bloques de abajo, no pueden mantenerse los bloque de niveles más altos.
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