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Estrategias sensoriales en el recreo: cómo apoyar a niños con dificultades de procesamiento en la escuela

El recreo es un momento de juego y socialización, pero para los niños con dificultades de procesamiento sensorial puede convertirse en una experiencia abrumadora. Aquí encontrarás estrategias sensoriales en el recreo para escuelas y mamás que buscan reducir la sobrecarga de estímulos y fomentar un ambiente inclusivo.


Niños con uniforme y mochilas corren juntos en el patio de la escuela durante el recreo, escena típica de movimiento y juego infantil.

Niño pequeño en un columpio del patio escolar con gesto de ligera incomodidad, rodeado de ambiente de recreo.

El recreo debería ser un momento de disfrute, movimiento y socialización para todos los niños. Sin embargo, para quienes presentan dificultades en el procesamiento sensorial, los estímulos del patio (ruido, aglomeraciones, gritos, cambios constantes de actividad) pueden resultar abrumadores y generar conductas de evitación, irritabilidad o dificultar la participación.


¡La buena noticia es que las escuelas pueden implementar ajustes sencillos para reducir la saturación de estímulos y favorecer la participación de todos los niños! Y si esto no es posible en el entorno escolar, las mamás también pueden preparar a sus hijos con estrategias para que se sientan más seguros y regulados.


Estrategias sensoriales en el recreo que puede implementar la escuela

1. Crear espacios de calma en el patio escolar

Niña en patio escolar juega en mesa con mantel sensorial y juguete, actividad calmante para niños con sensibilidad sensorial.

  • Habilitar un rincón tranquilo con colchonetas, cojines o sillas donde el niño pueda descansar unos minutos.

  • Incorporar elementos reguladores como pelotas sensoriales o libros ilustrados.


2. Organizar actividades en grupos pequeños

  • Ofrecer opciones de juego en equipos reducidos para evitar la sobreestimulación que generan las multitudes.

  • Juegos como la cuerda, pelotas blandas o circuitos sencillos permiten participar sin ruido excesivo.


3. Proporcionar materiales sensoriales de autorregulación

  • Chalecos con peso ligero o bandas elásticas para los brazos pueden ayudar a mejorar la percepción corporal.

  • Fidgets o juguetes pequeños que ocupen las manos facilitan la autorregulación durante los descansos.


4. Establecer rutinas predecibles en el recreo y señalización visual

  • Marcar con anticipación qué áreas del patio estarán destinadas a ciertos juegos (fútbol, columpios, lectura).

  • Colocar señalización visual para ayudar a los niños a organizarse y anticipar lo que ocurrirá.


5. Integrar pausas sensoriales antes y después del recreo

  • Breves ejercicios de respiración o movimientos de presión profunda antes de salir pueden preparar al sistema nervioso.

  • A la vuelta al aula, realizar estiramientos suaves o movimientos rítmicos ayuda a regresar a un estado de calma.


6. Fomentar la sensibilización de docentes y compañeros

  • Explicar, de manera sencilla, que algunos niños necesitan espacios más tranquilos o tiempos distintos.

  • Promover juegos inclusivos donde se respeten diferentes formas de participación.



¿Qué pueden hacer las mamás cuando en la escuela no se pueden hacer estas adaptaciones?


No todas las escuelas cuentan con recursos para implementar estas medidas. Como mamá, puedes brindar a tu hijo herramientas físicas, cognitivas y emocionales para que aprenda a manejar mejor la sobrecarga de estímulos que ocurre en el recreo.


Herramientas físicas

  • Kit sensorial portátil: tapones auditivos suaves, pelota antiestrés o banda elástica pequeña que pueda llevar en la mochila.

  • Ropa cómoda y predecible: telas suaves y calzado seguro que no generen molestias táctiles.

  • Rutina de descarga previa y posterior: saltos suaves o respiración profunda antes de la escuela; paseo tranquilo o juego estructurado después.


Herramientas cognitivas

  • Planificación visual: esquema con 2-3 opciones claras de actividades para recreo, reduciendo la carga de memoria de trabajo.

  • Autoinstrucciones: frases simples como “Primero me calmo, después elijo”.

  • Entrenamiento gradual de decisiones: en casa, ofrecer elecciones simples (dos opciones de juego) para ejercitar funciones ejecutivas.


Herramientas emocionales

  • Validar emociones: “Sé que el ruido te incomoda, está bien sentirlo”.

  • Técnicas de regulación: respiraciones profundas, abrazos de oso o presión suave en los brazos.

  • Historias sociales: cuentos donde un personaje se sobrecarga y encuentra maneras de calmarse, para dar ejemplos y reforzar la seguridad emocional.



En pocas palabras...

El patio escolar no tiene que ser una experiencia abrumadora. Con ajustes sencillos, las escuelas pueden favorecer la inclusión, reducir la saturación de estímulos y permitir que cada niño disfrute y se desarrolle plenamente.

Y, mientras tanto, las mamás pueden convertirse en un gran apoyo al ofrecer estrategias físicas, cognitivas y emocionales que fortalezcan la autorregulación y la confianza de sus hijos.

Pequeños cambios, tanto en la escuela como en casa, pueden generar un impacto enorme en el bienestar de los niños.


📥 Descarga aquí una lista gratuita con las estrategias sensoriales para el recreo.



📩 ¿Te interesa seguir aprendiendo? No te pierdas el próximo artículo: La alimentación también es una experiencia sensorial".


 
 
 

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